El arzobispo de Ruán (Francia), Dominique Lebrun, abandonará hoy la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia para volver a su diócesis en Normandía tras el asesinato del sacerdote Jacques Hamel, de 84 años, en una toma de rehenes en una iglesia, que concluyó con los dos secuestradores abatidos.
"Esta noche estaré en mi diócesis, con las familias y la comunidad parroquial, que están en estado de shock", dijo Lebrun desde Cracovia, donde hoy comienza la JMJ.
"La Iglesia católica no puede esgrimir unas armas distintas de las de la oración y la fraternidad entre los hombres", añadió el arzobispo, quien lamentó las tres muertes que tuvieron lugar en la parroquia normanda de Saint-Etienne de Rouvray.
"Pido a los jóvenes aquí presentes, que son el futuro de la humanidad, que no cedan a la violencia y se conviertan en apóstoles de la civilización del amor", señaló Dominque Lebrun, que también invitó a los no creyentes a sumarse al llanto por esta tragedia.
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