PANAMÁ. Una doméstica que limpie diariamente su celda, una televisión de 45 pulgadas con servicio de programación paga y persianas de madera para las ventanas, son algunas de las peticiones presentadas a las autoridades penitenciarias por el expresidente panameño Ricardo Martinelli, detenido y procesado por escuchas ilegales, informó hoy la prensa local.
El rotativo panameño La Prensa publicó este lunes que el ex jefe del Estado, entregado a Panamá el pasado 11 de junio por Estados Unidos, donde estuvo preso un año en razón del pedido de extradición por el caso de las escuchas, solicitó esas y otras facilidades el pasado 21 de junio al Sistema Penitenciario a través de una de sus abogadas, Yolanda Polo.
Según el rotativo, la lista de peticiones presentada por Martinelli al Sistema Penitenciario panameño incluyen además un tanque de agua más grande que el tiene ahora, un calentador de agua, equipo para escuchar música, un reproductor blue ray, un mueble de madera, un extractor de humedad y una computadora.
Martinelli, de 66 años, permanece detenido preventivamente en la cárcel de mínima seguridad El Renacer, ubicada en las afueras de la capital de Panamá y a orillas del canal interoceánico, en una especie de chalet que ya calificó de hotel de cinco estrellas en comparación con su “encierro” en una cárcel federal estadounidense.
Durante su estancia en una prisión de Miami (EE.UU.) el expresidente estuvo encerrado “como un perro sin poder leer, pero me mantuve como un hombre”, agregó Martinelli en su declaración ante el magistrado juez de la causa de los pinchazos, Jerónimo Mejía, el pasado 19 de junio.
Martinelli se enfrenta a una pena de hasta 21 años de cárcel por los cuatro tipos penales que incluyen la causa de las interceptaciones ilegales por la que es procesado por la Corte Suprema de Justicia panameña, de acuerdo al escrito de acusación presentado en octubre de 2015 por el fiscal, el magistrado Harry Díaz.
Este lunes está programado el reinicio de la audiencia de fase intermedia o de acusación a Martinelli, que se dice un perseguido político del gobierno de su sucesor, Juan Carlos Varela, quien fuera su vicepresidente y rechaza esa acusación.
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