WASHINGTON. Poder fabricar en casa diferentes tipos de armas con una impresora 3D está a punto de ser una realidad en Estados Unidos, país donde a partir de este 1 de agosto será legal hacerlo gracias a un acuerdo judicial que alcanzó en junio la Administración del presidente Donald Trump con un grupo proarmas.
Defense Distributed, una organización con sede en Texas (EE.UU.), anunció sus planes de volver a publicar en su web manuales de instrucciones para reproducir pistolas y rifles en impresoras en tres dimensiones, tras alcanzar un pacto con el gobierno federal.
Esa fue la conclusión de una batalla legal de cinco años en la que el Gobierno del expresidente Barack Obama (2009-2017) argumentó que esos manuales violaban las leyes de exportación de armas de fuego ante dos jueces federales y de que el Tribunal Supremo se negase a oír el caso.
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