Cuando Zoila Luna nació debió vencer su primera prueba. La fiebre tifoidea la había asaltado con apenas 11 meses de vida. Ella, que ve oportunidades donde otros se lamentan, aprendió desde muy temprano que esa enfermedad había llegado con un fin.
Han sido muchos los momentos en los que ha sido puesta a prueba esta comunicadora. A los 9 años asesinan a su padre, un momento del que aún le cuesta hablar; luego, ya siendo una joven presenta complicaciones que le impedirían ser madre. Dios la premió y en poco tiempo luego de casarse recibió la noticia de que sería madre de su primera hija, Cristal. Sin embargo, otra prueba llegaría. Con pocos meses de embarazo le dio varicela, los médicos le pidieron que abortara, ella desafió la medicina y su hija hoy tiene 31 años. Las pruebas siempre han sido parte de su vida y ella las ha sabido aprovechar.
Combinará la sicología y la comunicación
Zoila Luna espera que antes de agosto esté al aire el programa de temporada que prepara con su equipo. En este programa ella une sus dos pasiones: la sicología y la comunicación. Su interés en esta etapa de su vida es seguir preparándose como experta de la conducta. Para eso tiene previsto ir a Roma en julio a hacer unos cursos.
“No me interesa la política’’
Hoy cuando muchas figuras de la televisión esperan conquistar un puesto político, a Zoila Luna no le interesa la política. Un hecho que la marcó y del que todavía le cuesta hablar: el asesinato de su padre, no ha sido lo que le ha quitado el deseo de aspirar a algún puesto político, más bien, tiene que ver con el sistema que, según ella, impera en este país.
“A mi padre lo mataron en el gobierno de los 12 años, era un hombre muy justo y gran defensor del derecho de los demás. Papi había sido un perseguido político”, cuenta Zoila, que hoy ya puede hablar de ese momento.
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