Mayo termina hoy, pero Marcell Ozuna quisiera que se extendiera hasta finales de septiembre. En el home ha respondido como nunca el quinto mes del año, luego de llegar a los campos de entrenamientos como material de cambio, y sin plaza asegurada.
Antes del partido de ayer, el de Boca Chica llevaba 11 partidos en fila bateando de hit, y había conectado por terreno de nadie en 27 de sus últimos 28 encuentros, 26 de ellos en mayo. En ese tramo subió su promedio de .218 a .344, para anclar cuarto en la Liga Nacional.
El guardabosque central de los Marlins se embasó en todos los choques disputados entre el 30 de abril y el 29 de mayo para pasar de un horrible .282 al impresionante .392.
Don Mattingly, dirigente de la novena de Miami, dice en broma que Barry Bonds le entregó bates con su nombre, mientras que Ozuna dice que no ha cambiado nada en su mecánica. Lo cierto es que en el mes va de 106-46 (.469) con ocho dobletes, dos triples, siete cuadrangulares, 17 carreras remolcadas y 25 anotadas.
Desde que Yasiel Puig bateó .431 en mayo de 2013, ningún otro jugador había logrado un mes sobre .400 con un mínimo de 100 apariciones, de acuerdo a Major League Baseball.
Ozuna, quien hasta fue bajado a las menores por 40 días en 2015, cuando bateaba .249, forma parte de un núcleo de jugadores de posición que no estaba en el libreto batear como lo han hecho.
Eduardo Núñez, una vez heredero de Derek Jeter en el Bronx, ha agarrado por los pelos los espacios que ha encontrado en el infield de Minnesota, y hay rubros en los que ya supera al 2014.
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