WASHINGTON. Los dos agentes de policía estadounidenses que en 2016 mataron a tiros a un hombre negro en Luisiana no enfrentarán cargos por ese hecho, anunció el martes el fiscal general de ese estado sureño.
Mientras tanto, el departamento de Justicia de California anunció que supervisará una investigación sobre otro polémico tiroteo policial: el de un hombre negro desarmado en Sacramento.
Ambos casos reavivaron preocupaciones sobre la conducta de la policía, luego una serie de tiroteos fatales de sospechosos afroamericanos en los últimos años, que alimentaron protestas y un debate nacional sobre la raza y la justicia penal.
El 5 de julio de 2016 Alton Sterling, de 37 años, fue asesinado a tiros en Baton Rouge, Luisiana, en un altercado con los agentes de policía Blane Salamoni y Howie Lake, afuera de una tienda donde había estado vendiendo discos compactos.
El fiscal general de Luisiana, Jeff Landry, dijo en una conferencia de prensa el martes que, tras una investigación, se había decidido que no se tomarían medidas legales contra Lake y Salamoni.
“Nuestra investigación ha concluido que los oficiales Lake y Salamoni intentaron hacer un arresto legal”, dijo Landry, y agregó que la decisión de no presentar cargos “no fue tomada a la ligera”.
Aseguró que Sterling estaba armado, bajo la influencia de drogas ilegales y que se había resistido al arresto.
“Durante todo el encuentro, los oficiales intentaron varias técnicas no letales para obtener el cumplimiento y el control de las manos del Sr. Sterling”, dijo.
El fiscal añadió además que “la preocupación por parte de los oficiales de que estaba armado y era peligroso fue posteriormente verificada y correcta”.
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