Al menos cinco personas han muerto y ocho permanecen desaparecidas en Filipinas a raíz del paso del tifón Nock-Ten, que dejó en su camino un reguero de destrucción en la parte central del archipiélago, según medios locales.
Las autoridades informaron de la muerte de un granjero por la caída de un árbol y sobre un pescador electrocutado, ambos en la provincia de Quezón, que se suman a los tres fallecimientos reportados el lunes, los de una pareja de ancianos ahogados y una mujer muerta por el desplome de un muro.
Los guardacostas filipinos buscan a ocho marineros que viajaban en un carguero que zozobró cerca de la ciudad de Batangas, por donde pasó el tifón, según el diario "The Philippine Star".
Nock-Ten, que se presentó en Filipinas con vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 255 kilómetros por hora, ha perdido fuerza en su avance y se encuentra este martes en el mar de China Meridional con vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora, tras pasar la víspera cerca de Manila.
Las copiosas precipitaciones caídas y la fiereza del viento han causado 21 avalanchas o corrimientos de tierra en Catanduanes, y diez municipios de Albay, Camarines del Norte y Camarines del Sur siguen inundados.
Las autoridades de las provincias de Albay y Catanduanes, situadas en el este del país, han declarado el estado de emergencia, medida que permite el desembolso inmediato de fondos para afrontar la catástrofe.
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