A pesar de que el diálogo para las leyes de Partidos Políticos y Electoral avanza, el escepticismo se mantiene ante el temor de que al final se imponga la voluntad de los legisladores oficialistas.
La situación se registra debido a los antecedentes que han marcado los debates en torno a la elaboración de un proyecto consensuado de esas legislaciones. En el 2009, una iniciativa de Ley de Partidos fue aprobada en primera lectura en la Cámara de Diputados y, no obstante los acuerdos alcanzados entre los partidos al día de hoy todavía no ha podido ser sancionada.
En torno al tema, el politólogo Henry Blanco Castillo sostiene la teoría de que con la dispersión y la incoherencia con que transita la oposición sería difícil lograr una buena Ley de Partidos y una reforma electoral de consenso.
A su juicio, la oposición no debe perder el momento, y dejarle a los partidos del gobierno que controlen todos los poderes de forma avasallante.
“Hay que procurar un pacto político nacional que incluya el pacto eléctrico, una verdadera reforma política, una distribución equitativa de las altas cortes, de la Cámara de Cuentas y Junta Central Electoral. Hay que dejarse de hipocresía, demagogia y doble moral, descalificando a los políticos de las posiciones que la población otorga con sus votos populares”, dijo. Para el próximo martes representantes de los partidos vuelven a la mesa del diálogo en torno a la ley de Partidos y la Electoral.
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