BERLÍN. La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) se coordinarán en diferentes misiones a Marte para tratar de traer a la Tierra muestras de la superficie del planeta rojo, según un acuerdo firmado por ambas agencias hoy en Berlín.
Se trataría de que las dos misiones ya previstas para Marte de la NASA -Mars Rover, en 2020- y la ESA -ExoMars Rover, en 2021recogieran muestras, que posteriormente se cargarían en un pequeño cohete que se lanzaría para encontrarse en la órbita del planeta con una nave enviada desde la Tierra, en una fecha por definir.
Un lanzamiento desde Marte que nunca antes se ha hecho, como destaca un comunicado de la ESA, que precisa que la nave enviada desde la Tierra orbitaría Marte hasta poder recoger las muestras transportadas por el cohete.
Regresaría entonces a Estados Unidos, donde el material procedente del planeta rojo se quedaría en cuarentena antes de ser analizado por un equipo de científicos internacionales.
Representantes de ambas agencias firmaron hoy una declaración de intenciones en la ILA, una feria clave del sector aeronáutico que se celebra en Berlín en paralelo a una conferencia sobre los objetivos y posibilidades de una eventual misión de Retorno de Muestras de Marte (MSR), una iniciativa que podría aportar información clave sobre el planeta rojo.
“Reconstruir la Historia de Marte y responder a preguntas sobre su pasado son solo dos de las áreas de descubrimientos que avanzarían de forma dramática con una misión así”, destacó el director de Exploración Humana y Robótica de la ESA, David Parker, en un comunicado.
Mientras que el administrador asociado de la misión científica de la NASA, Thomas Zurbuchen, aseguró que puede imaginarse “muchos escenarios” en los que “las muestras” sean “críticas” para la forma de exploración humana y calificó la apuesta como un primer paso hacia la exploración del planeta vecino.
Según los científicos, tras el análisis de meteoritos marcianos y de varias misiones a Marte, la evolución lógica es una operación que recoja muestras de su superficie y las envíe a la Tierra.
Estos materiales podrían ser estudiados en la Tierra con una serie de instrumentos que, por su gran tamaño o su elevado consumo energético, es técnicamente complejo enviar a un planeta a 55 millones de kilómetros.
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