La catástrofe causada por la ruptura de una represa de la minera Vale en la ciudad de Brumadinho, en el sureste de Brasil, deja ya un balance de al menos 34 muertos y entre 250 y 300 desaparecidos.
Las autoridades de Minas Gerais informaron de que las víctimas habían pasado de 34 a 40, pero rectificaron poco después, en medio de una divergencia de números entre las diferentes instituciones involucradas en la operación de rescate.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sobrevoló este sábado la zona afectada en helicóptero y dijo que su Gobierno “hará todo lo que esté a su alcance” para “pedir justicia” y “prevenir nuevas tragedias” como esta o la ocurrida hace tres años en Mariana, de características similares y en la que murieron 19 personas.
“Es difícil estar delante de todo ese escenario y no emocionarse”, subrayó Bolsonaro, quien aceptó la ayuda ofrecida por Israel en las labores de rescate.
En medio de la conmoción y un vaivén de cifras sobre desaparecidos y rescatados, los bomberos mantienen la esperanza de hallar a más personas con vida, a pesar de que el número de víctimas mortales pasó de 11 a 34 en cuestión de horas.
Las autoridades no han aclarado si entre los 34 muertos se encuentran los ocupantes de un autobús hallado entre el lodazal y en el que viajaban algunos empleados de la compañía que no sobrevivieron a la marea de residuos.
Publicar un comentario