El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) entra esta semana en una encrucijada entre la continuidad o la alternabilidad entre el liderazgo bipolar del presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández, o el relevo de un nuevo candidato que surja del danilismo.
Medina está obligado a definir ya su postura final sobre el pedido de reelección de sus seguidores, emprendiendo o no una reforma constitucional para competir en las primarias del próximo 6 de octubre.
El cielo nublado del PLD comenzará a despejarse esta semana con las señales que se den en el Senado, convocado para mañana, y la Cámara de Diputados, en donde los opositores internos y externos del PLD afirman que no hay votos.
Uno que no ha lanzado su proyecto presidencial pero que se ha tomado para sí la defensa del proyecto de reelección de Medina es el ministro de Obras Públicas Gonzalo Castillo, del anillo de confianza del primer mandatario.
La radicalización entre danilistas y leonelistas aleja el punto de que el apoyo entre uno y otro sector sea posible antes de las primarias abiertas, y que ambos sectores libren una epopeya similar a la de junio de 2007, cuando el exsecretario de la Presidencia, Danilo Medina, se enfrentó al entonces presidente Fernández.
Todo sigue supeditado a la decisión final de Medina, quien no ha comunicado sus intenciones sobre el pedido de habilitación de sus partidarios.
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