Brasil terminó 2016 con un déficit primario récord en sus cuentas públicas de 155.791 millones de reales (unos 50.255,2 millones de dólares), equivalente al 2,47 % del producto interior bruto (PIB) y el mayor medido hasta ahora en un año por el Banco Central.
Fue el tercer año consecutivo en que los gastos del Estado brasileño superaron los ingresos, aunque el déficit primario en 2016 fue muy superior a los dos anteriores, según los datos divulgados hoy por el organismo emisor.
En 2015, el resultado negativo fue de 111.249 millones de reales (unos 35.886,8 millones de dólares), el equivalente al 1,85 % del PIB, y en 2014 de 32.536 millones de reales (unos 9.859,4 millones de dólares), correspondiente al 0,56 % del PIB.
La previsión del Gobierno, pese a sus esfuerzos para sanear las cuentas, es que los resultados continúen negativos en 2017, para cuando se espera un déficit fiscal de 143.100 millones de reales (unos 46.161,3 millones de dólares).
El llamado déficit primario, utilizado por Brasil como referencia de sus cuentas públicas, mide la diferencia entre los ingresos y los gastos del Gobierno central, de las empresas estatales y de las administraciones regionales y municipales sin incluir los recursos destinados al pago de intereses de deuda.
El histórico déficit de 2016 fue provocado principalmente por el Gobierno central, cuyas cuentas terminaron con un saldo negativo de 159.473 millones de reales (unos 51.443 millones de dólares), ya que los gobiernos regionales y municipales registraron un superávit de 4.666 millones de reales (1.505 millones de dólares) y las estatales un déficit de 983 millones de reales (317 millones de dólares).
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