Rafael Nadal dice que ya no siente dolor en su muñeca izquierda, pero que todavía le falta para recuperar la confianza con su golpe más temido. Novak Djokovic prefiere no hablar sobre sus molestias en la misma articulación.
En sus estrenos el lunes en el Abierto de Estados Unidos de tenis, los dos bicampeones del torneo le tomaron al pulso a sus muñecas.
Por la tarde, Nadal apuró el paso 6-1, 6-4, 6-2 al uzbeco Denis Istomin, un partido que el español resumió como "ni muy bueno, pero tampoco muy malo".
Con su muñeca cubierta por una venda, el cuarto cabeza de serie gestionó con solvencia su primer desafío. Catorce de sus 21 winners fueron con su forehand, que no pareció evidenciar los problemas que provocaron su retiro tras superar la segunda ronda del Abierto de Francia y le obligaron renunciar a Wimbledon.
"No es fácil estar sin competir dos meses y medio en medio de la temporada sin poder pegar una forehand", comentó Nadal. "Necesito recuperar la confianza con mi muñeca. Está cerca, porque la siento mucho mejor cada. Es algo muy importante para mí. Necesito recuperar el movimiento normal con el forehand. No tener miedo".
Aunque salió airoso 6-3, 5-7, 6-2, 6-1 ante el polaco Jerzy Janowicz, el serbio Djokovic pasó apuros en su incursión nocturna en el estadio Arthur Ashe. El kinesiólogo tuvo que masajearle el brazo derecho cuando el duelo apenas despuntaba.
El saque del campeón vigente no fue fiable, por debajo de su habitual potencia. Suele oscilar entre los 120 y 115 millas por hora en el primer servicio, pero ante Janowicz disparó saques alrededor de las 100 mph.
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