MOSCÚ. En un inusual discurso televisado, el presidente de Rusia,
Vladimir Putin, ofreció el miércoles algunas concesiones a la polémica
reforma de las pensiones que socavó su popularidad.
Putin dijo
que la edad de jubilación de las mujeres debería incrementarse de los 55
a los 60 años, por debajo de los 63 previstos inicialmente, pero no
propuso cambios para los hombres, que deberán retirarse a los 65 y no a
los 60 como ahora. Está previsto que el cambio se implemente año a año
en los próximos cinco.
El plan anunciado por el gobierno en junio
para elevar la edad de retiro en hombres y mujeres provocó descontento
generalizado. En Rusia, la esperanza de vida de las mujeres es de 78
años y la de los hombres, 67.
Muchas familias, especialmente en
zonas rurales y pequeños pueblos, dependen de las pensiones como ingreso
extra ante los problemas de los jóvenes para encontrar empleo.
La
propuesta afectó al índice de aprobación de Putin, que cayó por debajo
del 70%, su nivel más bajo desde la anexión de la península de Crimea en
2014. Los jubilados, que han visto como sus ingresos aumentaban de
forma constante con Putin en el poder, son uno de sus apoyos más firmes.
En
su intervención, el dirigente defendió que la reforma es necesaria y
que “no puede demorarse más”. Sin el incremento en la edad de
jubilación, el sistema de pensiones ruso “se vendría abajo”.
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