El gobierno y la oposición de Venezuela regresarán a Oslo esta semana para una segunda ronda de conversaciones conforme se aceleran los esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución a la crisis política del país.
La lucha de poder entre el presidente Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó, que ha dominado la política venezolana desde principios de año, se ha detenido en gran medida. Las esperanzas del Sr. Guaidó de expulsar al Sr. Maduro se han evaporado rápidamente a medida que las fuerzas armadas venezolanas se han mantenido firmes detrás del presidente.
La administración Trump de EEUU, que respaldó con entusiasmo al Sr. Guaidó a principios de año, parece estarse centrando cada vez más en otros asuntos de política exterior, en particular Irán y la disputa comercial estadounidense con China.
En una primera ronda de conversaciones exploratorias en Oslo este mes, representantes tanto del Sr. Maduro como del Sr. Guaidó presentaron sus posiciones ante los mediadores noruegos, pero no se reunieron cara a cara.
En un vídeo publicado en Twitter, el Sr. Maduro dijo que la segunda ronda era una oportunidad para “buscar la paz, siempre buscar la paz”. Dijo que su ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, ausente de las conversaciones iniciales, se uniría a su equipo.
La respuesta del Sr. Guaidó fue más cauta. Aunque acogió con satisfacción la iniciativa, dijo que la oposición no se vería arrastrada a ningún proceso que retrasara los esfuerzos “para encontrar una solución al caos que está sufriendo nuestro país”.
La oposición acusa al Sr. Maduro de utilizar cínicamente las conversaciones de paz anteriores para ganar tiempo y aferrarse al poder.
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